.:::¿Quienes NO Somos?:::.

"No somos llamados a pasar por esta vida en forma silenciosa, y sin dejar huellas. Fuimos elegidos para impactar el corazón de los que nos rodean, con el propósito de que vean un estilo de vida diferente y quieran imitarla."

Se desprestigia otro argumento evolucionista

Fotografía: Santiago desde el cerro San Cristobal, tomada por David Albornoz

¿Cuántas personas han aprendido en la escuela sobre la existencia de los supuestos “órganos vestigiales” de nuestro cuerpo? Este término se emplea en la biología para referirse a un órgano “que ha perdido su función, pero que la tuvo en los antepasados de la especie de la que se trata”. Se supone, pues, que ciertas partes de nuestro organismo son vestigios de órganos que alguna vez fueron útiles.
Por mucho tiempo los evolucionistas han alegado que los órganos vestigiales de utilidad decreciente, que Darwin llamó “rudimentarios”, son una prueba de que los organismos vivientes han evolucionado a partir de formas de vida más primitivas.
Sin embargo, investigaciones posteriores han demostrado que los supuestos órganos o estructuras rudimentarios del cuerpo humano —como el apéndice, las amígdalas y el cóccix— no son “rudimentarios” en absoluto. Por el contrario, son estructuras muy útiles y cuyo propósito está bien definido.
Ahora se sabe que el apéndice, probablemente el más conocido de los supuestos órganos vestigiales, tiene una importante función inmunológica, especialmente en los primeros años de vida. “El apéndice, al igual que las amígdalas y las adenoi-des, consideradas como parte de estos órganos ‘vestigiales’, es un órgano linfoide (parte del sistema inmunológico) que produce anticuerpos para combatir las infecciones en el aparato digestivo. En la convicción de que el apéndice era tan sólo un ‘sobrante’ del proceso evolutivo, muchos cirujanos lo extraían (incluso cuando estaba sano) cuando se encontraban inter-viniendo en la cavidad abdominal. Hoy en día, y en la gran mayoría de los casos, la extracción de un apéndice saludable es considerada un error médico” (David Menton, Ph.D., “La cola humana y otros cuentos de la evolución”, St. Louis MetroVoice, enero de 1994).
Ahora se sabe que las amígdalas, durante largo tiempo consideradas inútiles, también cumplen una importantísima función en el sistema inmunológico. Estas glándulas actúan como un mecanismo defensivo en contra de las infecciones en las vías respiratorias superiores y aportan un gran servicio al aparato digestivo al filtrar la materia extraña que pueda entrar en el cuerpo a través de la boca o la nariz.
“En cierto momento los médicos llegaron a pensar que las amígdalas eran simplemente restos evolutivos inservibles y las extirpaban convencidos de que esto no causaría ningún daño. Hoy en día existen pruebas abrumadoras de que se producen más problemas en las vías respiratorias superiores después de la extracción de las amígdalas que antes, y los médicos en general coinciden en que la simple dilatación de las amígdalas no justifica la cirugía” (J.D. Ratcliff, Your Body and How it Works [“Su cuerpo y su funcionamiento”], 1975, p. 137).
La vértebra caudal, más conocida como cóccix, es otra de las supuestas estructuras vestigiales cuya valiosa función ha sido descubierta, en particular en lo que respecta a la habilidad para sentarnos de manera cómoda. Muchas personas que han debido sufrir la extracción de este hueso tienen grandes dificultades para sentarse.
Más aún, los numerosos músculos adheridos al cóccix son importantes para la función intestinal y el parto, ya que sostienen los órganos internos y mantienen cerrada la entrada del tubo digestivo. Además, este hueso cumple una importante función como punto de inserción de varios músculos y ligamentos, entre ellos el glúteo mayor, que es el músculo grande que baja por la parte posterior del muslo y nos permite caminar erguidos.
Gracias a extensas investigaciones y descubrimientos en el campo de la anatomía y fisiología humanas, la lista de los órganos que en su momento fueron considerados rudimentarios ha disminuido de 100 a principios del siglo xx a práctica-mente cero en la actualidad. Ahora tenemos pruebas de que los órganos que alguna vez se consideraron como casi in-servibles, en verdad son muy útiles. Sin embargo, muchos textos escolares y universitarios sobre la evolución todavía se refieren a ellos como supuestas pruebas de la teoría evolucionista.

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